Hombre plástico,
débil, en desuso.
Piernas rotas, brazos
rotos,
no entiende.
Teme acercarse a tu cándido
cuerpo,
teme caer derretido
como antiguo cirio en
catedral.
Miedo a la cúspide de
tu vientre,
al volcán entre tus
piernas.
Velo machacado en tu
esquelética mano
luego de abrir el
pecho que sostenía tu orgullo.
Hombre plástico,
desalmado, vaciado, arrojado.
Mancha esparcida,
vísceras en mano, dibujando
un contorno con
sirenas de fondo.
Huele a plástico
quemado.
4 comentarios:
UUUFFF...
Definitivamente: al terminar el día, cuando el sol se oscurezca y la noche nos inunde por siempre, nada seremos. Así como nada somo hoy...!!
Abrazos.
Adelante con tu proyecto, obrero de la pluma.
Muy bueno tu blog, esta entrada sin duda ha sido magnífica. Espero que sigas escribiendo, yo por ahora te sigo :)
QUIEN HA DICHO QUE ES MALO, MUY MAL CRITICO DEBE SER AMIGO MIO...
EXTRAÑO TUS COMENTARIOS EN MI BLOG MICHEL
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